Precio: 18€-25€ Nota: 5,5/10 Tipo: Tradicional -Tapas Bar
Se
trata de un Restaurante y algo más, como dice en su web, también es
un Tapas Bar y una pequeña tienda gourmet. Podemos degustar sabores
tradicionales con una elaboración actualizada.
Un
punto de encuentro, en el tiempo que lleva abierto, ha sabido
convertirse en un referente para cierto publico, ¿será por fu
cocina, por su atmósfera, su localización...? Lo que está claro es
que para saberlo, hay que visitarlo. Allá vamos!!
El
Local,
Situado
en la Marina y también con entrada por Riego de agua, llama la
atención, por su distribución según desde la calle por la que
entremos.
Si
accedemos desde la marina, entramos directamente a la zona de Tapas
Bar, donde tenemos mesas altas o barra. Si cruzamos un pasillo hacia
Riego de Agua accedemos a la zona de restaurante y la pequeña
tienda. En ambos comedores podemos disfrutar de los mismos productos,
ya que comparten carta.
El
local es amplio y con una decoración muy agradable, colores claros y
maderas que nos ofrecen un ambiente relajado.
Horario
amplio e ininterrumpido desde las 10:00 hasta la 1:00.
La carta
Es muy variada, con tostas, tapeo, ensaladas, tablas y postres. Basada en producto básicamente gallego, si el plato no es 100% de la tierra por lo menos tiene algo característico y nuestro :)
Nuestra elección,
Era una cena para dos y decidimos compartir varias cosas, no queríamos una cena sólo de picoteo, pero algo así resultó.
De
las tostas seleccionamos:
Tosta
de Solomillo en cama de cebolla dulce con queso, que resultó
bastante buena, el queso aportaba un sabor fuerte que contrastaba con
el sabor dulce de la cebolla.
Tosta
de Queso del país con nueces y miel, en este caso un poco
decepcionante, esperábamos un queso más cremoso y una elaboración
más imaginativa, demasiado simple.
Del
apartado de tapeo nos decantamos por:
Croca
con patatas y pimientos, cuya ración es minimalista. Prácticamente
era todo patatas, muy buenas todo hay que decirlo, acompañando a
tres finos y pequeños trozos de carne.
Pulpo
a la plancha con cachelos y ajada, ración algo más generosa pero
con poco sabor. El pulpo carecía de toda gracia, no estaba en su
punto, nada de sal, demasiado aceite y cachelos algo duros. El
exceso de aceite hacia que cada bocado fuera más pesado.
Por
último, como postre optamos por un Cremoso de chocolate con sorbete
explosivo de mandarina. Resultó el típico coulant de chocolate con
chocolate caliente en el interior, estaba bueno y venia acompañado
de un sorbete de mandarina con Peta-Zetas, pequeños caramelos que
explotan en la boca. Las primeras cucharadas son graciosas, las
últimas con tanta explosión se nos hicieron algo cansinas.
Conclusión
Era un local que nos apetecía mucho probar, con bastante fama y nos encontrábamos tantos defensores como detractores.
Si vais en coche disponéis de 2 parkings en la zona, el de María Pita o el de Los Cantones
Era un local que nos apetecía mucho probar, con bastante fama y nos encontrábamos tantos defensores como detractores.
El local nos resultó muy agradable al igual que el personal, atento y cordial. La comida francamente nos decepcionó bastante, la presentación y la variedad es más que correcta pero la comida carece de sabor y la cantidad de las raciones es escasa.
Recomendable reservar mesa, especialmente los fines de semana. Es un local interesante para grupos, con posibilidad de mesas grandes. Nosotros fuimos sin reserva y con un poco de suerte sólo tuvimos unos 15 minutos de espera que pasamos en la barra con una copa de vino y un poco de empanada.
Si vais en coche disponéis de 2 parkings en la zona, el de María Pita o el de Los Cantones
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